CUARTO MILENIO. LA EXPOSICIÓN

Teatro Calderón. Madrid

Fui a ver la Exposición de “Cuarto Milenio”, el programa de televisión dirigido por Íker Jiménez, que estuvo en Madrid hasta el 4 de septiembre.

Yo no veo el programa, pero me habían hablado de él y de cómo cuidan los detalles a la hora de hacer reconstrucciones de ciertos sucesos, y al final me decidí a ir. Por eso me he centrado más en contaros lo que he visto, sin dar muchas explicaciones de cosas que no sé.

COMIENZA EL VIAJE EN “LA NAVE DEL MISTERIO”

Dividida en zonas temáticas, la primera que encuentras es “La Zona Oscura”. Más bien rojiza. Hay que recorrer un pasillo estrecho, bañado en una luz roja y con cortinajes en las paredes, llenos de artículos y fotografías de Cuarto Milenio.

A los lados se abren unas puertas en las que hay reproducciones de una muñeca de la película “Expediente Warren”, unos muñecos de ventrílocuo malditos y del “Niño compadrito”, adorado en Cuzco (Perú) por los que creen que es una especie de protector, y que según las últimas investigaciones es simplemente un esqueleto de mono.

Al pie de las escaleras de subida al siguiente piso está la reproducción de “El diablo más célebre”, como figura en el texto explicativo. O sea, una gárgola de Notre Dame de París, del siglo XII.

Desde el punto de visto arquitectónico, las gárgolas eran unas esculturas que se ubicaban en los muros de las casas y sobre todo de iglesias y catedrales y que hacían de desagües para desalojar el agua de los tejados por un tubo alojado en sus bocas.

Pero si nos referimos a la parte mitológica, eran la representación de seres monstruosos, infernales, encargadas de proteger del mal los lugares sagrados.

Al llegar al piso superior nos esperan el Flautista de Hamelin, personaje popularizado por los Hermanos Grimm, basado en una historia sucedida en la ciudad alemana de Hamelín en 1284, Hans Christian Andersen, autor de "El patito feo", "El soldadito de plomo" o "La sirenita", entre otros, y también está Peter Pan, el niño eterno salido de la imaginación de J. M. Barrie.

Son los representantes de los cuentos infantiles, esas historias que no son tan inocentes como cabría esperar. Contienen las leyendas y los miedos más arraigados en el inconsciente humano, esos terrores nocturnos en los que en cualquier sombra vemos un posible peligro acechando.

LOBOS, CHAMANES Y SEÑORAS DE PIEDRA

Panel explicativo

Torso de guerrero ibero

Y de ahí vamos a encontrarnos con otra sala en la que se relaciona a los lobos con maldiciones y posesiones.

Después vienen los chamanes. Personas que son un puente entre lo terrenal y lo espiritual, y cuyos poderes se manifiestan de muy diversas formas, por ejemplo, a través de la curación o de la adivinación.

Lobisome chamánico

Trajes chamánicos

A continuación está el espacio dedicado a las damas iberas, un reflejo de una cultura matriarcal de la Península. En esta exposición podemos ver las reproducciones de varias de ellas, como la Dama de Elche, Dama del Cabezo Lucero, Dama de Baza, del Cerro de los Santos y de Cádiz, aunque esta última es un sarcófago fenicio.

Dama de Cádiz

Damas de Elche y Cabezo Lucero

Damas de Baza y Cerro de los Santos

Por último, la Bicha de Balazote. Nombrada así porque fue encontrada en Balazote (Albacete), y que en realidad más que bicha es un animal con cabeza de hombre y cuerpo de toro que formaba parte de un monumento funerario.

LOS MALOS CLÁSICOS

Después entramos en el área dedicado a “Los clásicos”.

Por supuesto vemos a Nosferatu, una reproducción del vampiro encarnado por Max Schreck en la película del mismo nombre, dirigida por Murnau en 1922.

También está representada la Vampira de Barcelona, Enriqueta Martí. También conocida como "La Vampira del Raval", Enriqueta fue acusada de secuestro, proxenetismo y asesinato de niños en la Barcelona de 1912.

Y un ejemplo demoníaco, el Diablo Pazuzu, el "rey de los demonios del viento", cuya imagen se puede ver en la película "El Exorcista".

Nosferatu

Enriqueta Martí, Vampira de Barcelona

Diablo Pazuzu

Hasta ahí llega esta planta, y empezamos el descenso. Después de saludar a una encantadora fantasma, nos acompañan hasta la planta baja algunos “objetos malditos”, como ”La caja Dybbuk”, una casa de muñecas maldita, un traje de novia con mucha mala suerte o una serie de cráneos rituales.

Ya va faltando menos para terminar nuestro recorrido. Al final de las escaleras nos recibe

el Arca de la Alianza, una réplica de la famosa "Arca Perdida" de la película de George Lucas y tal y como se preguntan, ¿un posible reactor nuclear?.

ANIMALES, VISITANTES Y FINAL DE TRAYECTO

En la planta baja accedemos al patio de butacas, completamente libre de ellas y dividido en varias partes.

La primera, la Criptozona, con representaciones de animales imposibles, entre la leyenda y la ciencia. Llama la atención la recreación de un enorme dragón.

Panel explicativo	Recreación de un dragón
"Animales raros"	Más "animales raros"

Después están Los Visitantes. Esta parte de la exposición está relacionada a una sección del programa "Cuarto Milenio" en la que se cuentan casos concretos de avistamientos de seres extraños. En cada programa se presenta uno y se ilustra con la correspondiente reproducción.

Visitantes...

de otros mundos

Además, hay pequeñas esculturas rescatadas de yacimientos arqueológicos y que representan las creencias en seres de otros planetas a lo largo de la historia.

Muñeca Katchina

Estela de Naram-Sin

Astronauta

Y casi sin darnos cuenta estamos en la última zona, que engloba el Área CSI y el Mundo Insólito. Aquí podemos ver, en el centro, cómo sería el cuerpo de Jesús, rodeado por los instrumentos que contribuyeron a su muerte (pilum, martillo, corona de espinas…).

Uno de los laterales está dedicado a algunos inventos que parecen más ciencia ficción que reales, como el traje de buzo de Emilio Herrera, o el autómata de Francisco Sanz, un ventrílocuo, guitarrista y tenor cómico que incluso realizó un documental en 1918 titulado "Sanz y el secreto de su arte", dirigida por Maximiliano Tous, en el que mostraba su trabajo.

Traje espacial de Emilio Herrera

Autómata de Francisco Sanz

En el otro lateral hay maquetas de algunos barcos fantasma, como el "Mary Celeste", velero estadounidense encontrado en 1872 sin tripulación pero con signos de estar habitado hasta hacía poco, y el buque congelador gallego "Montrove", desaparecido desde el verano de 1984 y que nunca apareció.

Velero bergantín "Mary Celeste"

Buque congelador "Montrove"

Un poco más allá, un diorama del crimen de Los Galindos, cortijo situado en el pueblo de Paradas (Sevilla). una reconstrucción perfecta del cortijo en el que mataron a cinco personas el 22 de julio de 1975.

Cortijo "Los Galindos"

Detalle del diorama de "Los Galindos"

Desde esta zona, y si miras a lo alto, en uno de los palcos hay una representación de la fachada de la Casa de las Siete Chimeneas, una de las historias de fantasmas más famosa de Madrid. Se trata de un palacete construido en el siglo XVI, situado en la Plaza del Rey y que actualmente es sede el Ministerio de Cultura, y en el que habría muerto Elena, esposa del Capitán Zapata. Su marido murió en la Batalla de San Quintín y, según la leyenda, ella enloqueció de pena, vagando por la casa lamentándose de su suerte. Hasta que un día apareció muerta, desapareciendo su cadáver y surgiendo los rumores de que tenía un amante, nada menos que Felipe II. A partir de ese momento se cuenta que el fantasma de una mujer vestida de blanco ronda por los tejados.

Y justo antes de terminar está la Sala Bélmez, recreación de la casa de María Gómez Cámara, en Bélmez de la Moraleda (Jaén). Como se puede ver en el panel adjunto, la historia viene del año 1971, y hasta ahora no se ha encontrado una explicación científica a la aparición de las caras en las paredes y suelo de la casa.

Cronología de Bélmez

Detalle de algunas caras

Recreación del salón

Para despedirnos, un impresionante Lammasu, o toro alado mesopotámico, protector y poderoso, nos dice adiós.

 

 

 

 

 

CONCLUSIÓN

Necesité poco más de una hora para verlo todo tranquilamente. No había demasiada gente, quizá debido a que era agosto, o puede que al precio de las entradas (12 euros los adultos en taquilla). A pesar de que al comprar la entrada tenías que elegir una hora, una vez dentro pude estar todo el tiempo que quise.

Para mí la experiencia ha sido positiva. Al ir sin una idea preconcebida me ha parecido bastante interesante, con temas muy variados y sobre todo me ha llamado la atención la calidad de las reproducciones. Tienen un detalle increíble y se nota el gran trabajo de Juan Villa, escultor, colaborador del programa y responsable de la recreación de todas las piezas exhibidas.

Si estáis interesados en visitarla, a partir del 10 de septiembre y hasta el 2 de octubre podréis verla en Zaragoza.

Y si no podéis, o no queréis, espero que este artículo os haya hecho disfrutar de ella sin moveros del sillón.


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